El héroe de España, posiblemente el jugador más elegante que ha dado nuestro fútbol, disputó los mismos Clásicos que Cristiano durante la última década. Fiel su clase y elegancia, anotó tres goles en los once enfrentamientos que disputó ante el Barcelona. Con el Barça, en 1997, marcó el gol de la victoria ante el Madrid de Capello tras recoger un rechace de un penalti fallado por él mismo contra Illgner.